Dirigida por Steve McQueen y protagonizada por Michael Fassbender y Carey Mulligan.
La película muestra parte de la vida de un solitario oficinista de 30 años (Fassbender) que vive en New York y es adicto al sexo. Como cualquier adicción, ésta condiciona su vida, sus relaciones (de pareja, de trabajo, de familia -su hermana-), y lo hace sentir por momentos culpable y sin control sobre sí mismo.
Si McQueen buscaba llamar la atención con este film, lo ha logrado. Desde su alto contenido sexual (que hizo que algunos cines desistieran de proyectar el largometraje) hasta las escenas dramáticas llenas de silencios o diálogos que alcanzan niveles incómodos para quien se meta en la historia, Shame casi no deja momentos muertos o escenas que no aporten a la trama. El guión, escrito por el propio McQueen, es uno de los puntos más fuertes de la película, ya sea por su simpleza o por su originalidad.
La actuación de Fassbender es otro de los factores más importantes de Shame. El propio actor cree que debía haber ganado un Oscar. Según Fassbender, la razón por la cual no ganó una estatuilla fue el hecho de que su pene apareciera en algunas escenas de la película.
Mención especial para la música. Muy acertada.
Si no la viste, te la recomiendo.
